ESCRITURA CREATIVA
LO QUE ESCRIBEN NUESTROS ALUMNOS/AS
El Curso de Escritura Creativa que venimos realizando desde julio de 2020 ha generado numerosos escritos en respuesta a las propuestas que en él se lanzan. En este blog iremos colocando algunas de ellas para uso y disfrute general.
A partir de esta imagen había que realizar un breve escrito.
Ella y yo
Vine de Madrid con el fin de abrirme camino en una ciudad donde nadie me conociera. Cada día me ponía mi vestido azul y mis zapatos negros. Recogía mi pelo en un moño bastante alto para conseguir el aspecto de mujer dura. Así salía a la calle, pisando fuerte. Pasaba el día trabajando y discutiendo con mis clientes. Por la noche, al llegar a casa, deshacía mi moño y me descalzaba. Tomaba cualquier cosa y ponía música a todo volumen. Volvía, en ese momento, la niña insegura que permanecía callada.
Loly Rodríguez
Al ejercicio de presentación personal las respuestas fueron variadas…
“Yo soy yo”
De un tiempo a esta parte, me pregunto a cada instante quién soy. Tengo claro que me llamo Loly Rodríguez, aunque, últimamente, prefiero que me digan Lola, y que soy una mujer. Vengo de una familia sencilla, a la que ya no siento como mis raíces (por extraño que suene esto que digo). Ahora mismo, me considero una persona en paz y feliz, medianamente feliz, con el camino más claro. Por fin he comprendido que yo soy yo, con mis claroscuros y mis circunstancias. Me suelo identificar con lo sencillo de la vida, con el amor de los animales, con las palabras y los verdaderos amigos. Es ahí, en estos lugares, donde deseo permanecer.
Loly Rodríguez
Ahora el ejercicio consistía en continuar el comienzo propuesto con esta frase:
Terminadas aquellas palabras salió del palacio con tristeza. No quiso sucumbir a la pena a pesar de que el llanto le sobrevenía irremediablemente. Echó a correr campo a través con los ojos rezumando lágrimas y las mejillas ardiendo. Corrió durante el tiempo que le duró la llantera. Era la primera vez que hacía algo así, pero correr le sentó bien, como si hubiera dejado la tristeza por el camino. Al parar se apoderó de ella una nueva emoción, entre la rabia y la alegría. Entonces tomó una determinación: aquellas palabras no se materializarían en hechos. Aquellas palabras serían un eco lejano que le recordarían lo que debía de hacer para no sucumbir al poder de aquellas palabras.
Elena Navarro
Campos de limoneros y niños jugando.
Noches de lectura y encuentros amistosos.
El paraíso de la soledad superada.
Elena Navarro
Un punto negro sobre fondo blanco puede encender la imaginación:
Se acercó al portón sigilosamente. La mirilla era redonda y oscura. Al asomarse, su mirada se llenó de luz.
Elena Navarro
El ejercicio consistía en oler algo que hubiese a mano y a partir de esa sensación escribir un relato, pero introduciendo la palabra zanahoria en algún momento. Para el escrito de muestra su autora olió una goma de borrar.
En la clase había unas cuarenta niñas con sus uniformes impecables y, sobre ellos, una bata de rayas que recordaba los trajes de presidiarios.
La monja estaba de pie sobre la tarima, con la regla de madera en la mano, y explicaba la lección de Naturales. Ese día tocaba estudiar los tubérculos.
Una niña llamada María que se sentaba cerca de las últimas filas —casi pertenecía al pelotón de los torpes—, parecía un poco despistada.
La monja se dio cuenta que María no atendía a la lección y que andaba en otros mundos, tal vez más interesantes. Sor Carmen —que así se llamaba la monja— se acercó con la regla en la mano y le dio en la cabeza; la niña asustada gritó: ¡zanahorias!
Antonia Rodriguez
Para la propuesta de un relato de misterio.
Vacío
Qué raro todo, no sé qué ha pasado, pero ayer a esta misma hora todo era alegría y risas y hoy parece que estamos en un velatorio, sí es cierto, desde que llegó él todo ha dado un giro, parece que su presencia transforma lo que hay a su alrededor. Mira su casa, antes todo abierto y ventilado y ahora con las ventanas cerradas y las cortinas corridas para que no pase nada al interior, voy a tener que ir a ver qué es lo que sucede.
Toco el timbre y al abrirme la puerta se nota ya un olor diferente dentro, allí que siempre olía a limpio ahora huele a miedo, entro por el pasillo que cruza la casa y hoy me parece más largo, sus paredes desnudas dejan ver esos recortes en la pared testigos de que hace poco en ese lugar había algo colgado, mis dedos se topan con las gotas gruesas de pintura amarilla, es como una lectura en Braille que me quiere contar el final de su llegada, el porqué él está aquí. Me doy cuenta que tampoco hay ningún espejo ¿porqué los habrá quitado? Se gira para decirme algo, pero ya no puedo escuchar su voz, sólo soy capaz de oír el bombeo de mi corazón, bum, bum, bum, sus labios se mueven pero sus palabras no me alcanzan porque lo acabo de ver todo en sus ojos, es él el que ha desaparecido y en su lugar está aquí algo parecido a él, sí es su rostro, pero está vacío por dentro.
Virginia sanz